El libro prohibido de la economía, de Fernando Trías de Bes (2015)
- David Cabrera López
- 17 may 2016
- 4 Min. de lectura

Título: El libro prohibido de la economía
Autor: Fernando Trías de Bes
Año de publicación: 2015
Número de páginas: 240
Editorial: S.L.U Espasa libros
[endif]--En una época en la que las noticias sobre economía llenan los informativos, en la que el contexto de crisis ha obligado al ciudadano medio a tratar con términos que hasta entonces desconocía, y con la figura de los economistas más cuestionada que nunca, Fernando Trías de Bes trata de aportar su granito de arena con su propuesta: El libro prohibido de la economía.
Fernando Trías, licenciado en Ciencias Empresariales y MBA y especializado en la mercadotecnia y en la innovación, nos trae su última obra publicada a finales del año pasado y ganadora del Premio Espasa 2015. En ella, huye de la estructura típica del ensayo económico para presentarnos un diccionario particular. Así, Trías lleva un paso más allá su versatilidad, y es que el autor ha demostrado anteriormente saber moverse tanto en el ámbito formal de la economía (Marketing lateral en 2003 o El libro negro del emprendedor en 2007, entre otros) como en la libertad que otorgan los relatos de ciencia ficción, pasando de un género a otro. Él mismo ha afirmado que disfruta tanto inventando historias como ayudando a la gente a entender el complejo mundo de la economía, siendo dos ámbitos que no tienen ninguna relación. Ahora bien, ¿hasta qué punto puede ser creíble un libro de economía de un autor que presenta estas características?
El libro prohibido de la economía va describiendo distintos grandes bloques, parándose a dar la definición oficial de cada término (entendamos, la que se da desde las instituciones y los medios al público) y explicando justo a continuación la definición prohibida, esto es, una verdad incómoda que huye de eufemismos para que el lector entienda cómo funciona realmente la economía. Con esta premisa, Trías divide su libro en cinco grandes áreas, a saber: Las marcas y la distribución; Hacienda y el Gobierno; Bancos; Empresas; Emprendedores noveles; y Economistas, repasando un total de 126 conceptos y definiciones.
El autor aclara desde el primer momento que la economía como tal y sus herramientas fueron creadas y asentadas con buenas intenciones, pero a lo largo de la historia han sido revisadas por otros poderes, como el Gobierno o los bancos en la actualidad, para aprovecharse del ciudadano ignorante. En consecuencia, durante toda la vida se nos explican unas bases económicas que damos por ciertas pero que realmente perjudican a la población en beneficio de quienes dan la explicación errónea. Por ejemplo, mientras que por necesidad siempre hemos entendido objeto, servicio o recurso que es necesario para la supervivencia, bienestar o confort de una persona, Trías se refiere a este concepto como una carencia irrelevante que el marketing va a convertir en un deseo perentorio, haciendo una crítica a la publicidad engañosa de las empresas y a cómo consiguen hacer creer al público que realmente necesitan el producto que les ofrecen aunque realmente no sea así.
Ahora bien, ¿todas estas definiciones prohibidas son ciertas? No pretenden serlo ni deben considerarse como tales. El autor aclara en alguna ocasión que su Libro prohibido de la economía no es una verdad universal. Se compone de una serie de apreciaciones subjetivas que Fernando Trías ha observado a lo largo de su vida y que entiende que pueden ser de gran ayuda para el lector. Así, el libro nos da consejos prácticos a la hora de hacer la compra mensual para casa, emprender un proyecto empresarial, o bien coger perspectiva sobre la organización y objetivos de los bancos y empresas. No obstante, como veremos más adelante, el lector no debe tomarlos al pie de la letra o cerrarse a otras acepciones.
Para reforzar este carácter subjetivo, Trías se hace valer de su experiencia como novelista e introduce un buen ritmo narrativo durante todo el libro, utilizando recursos como referirse al lector en primera persona, ejemplos cotidianos, pequeñas bromas, puyas a los altos cargos en las definiciones… Así, el libro resulta más ameno que el típico ensayo puramente teórico.
No obstante, este enfoque tiene una cara B. El hecho de querer explicar temas tan diversos como el funcionamiento del PIB o la organización y motivaciones de las grandes multinacionales con pocas palabras y en un tono jocoso supone que el libro carezca de profundidad y, en ciertas ocasiones, de una seriedad y objetividad necesarias. El lector novato puede quedarse con la sensación de abandonar un concepto o temática cuando aún necesita saber más de él, o bien de estar recibiendo una visión demasiado simplista y sesgada.
El hecho de que Trías se contradiga a lo largo del libro aumenta este desconcierto. Critica la pérdida de la función social de los bancos y la corrupción política pero insta al lector a que evite a los inspectores de Hacienda, que sólo pueden traer problemas, y ya pringarán otros; rechaza las políticas de marketing actuales, que tratan de vendernos cosas que no necesitamos, pero aconseja al emprendedor que priorice la manera en la que vende un proyecto por encima de la calidad del proyecto como tal. El propio Trías en otras entrevistas se define como un liberal-indignado, pero esto parece un pretexto para justificar todo tipo de ideas y medidas que no tienen unas bases claras o relación aparente.
Aunque la propuesta inicial del libro es buena, la sensación final es que las definiciones anteponen el aplauso fácil y el visto bueno del lector ignorante por encima del conocimiento. Trías trata de aleccionar al ciudadano que no sabe de economía para que no se aprovechen de él, pero es el propio autor el que aprovecha este desconocimiento para introducir ciertas definiciones insostenibles pero que al primerizo en materia económica le pueden sonar estimulantes.
Con todo esto, El libro prohibido de la economía se queda en una buena idea mal ejecutada. Como ya se ha comentado, es un error considerarlo una lista de verdades absolutas, aunque entre todas ellas sí que hay ideas y consejos interesantes que merecen una reflexión. No obstante, el hecho de que Trías no aclare realmente en qué momento está hablando de hechos empíricos y cuando pasa a dar su opinión pueden inducir al engaño. Así, pese a carecer de profundidad, es un libro recomendable para el lector que ya tiene una mínima base de economía y quiere tener algo más de perspectiva y variedad ideológica. No obstante, el lector novato puede verse engañado precisamente por la misma treta que pretende destapar Trías: aprovecharse del desconocimiento ajeno para dar por verídicas unas ideas que realmente no lo son.
![endif]--
Comments